El problema fundamental en el acné es la obstrucción a la gran producción de sebo en las glándulas sebáceas. Las personas con acné tienen glándulas sebáceas mayores de lo normal. Además, el tubo por donde drenan está muchas veces obstruido por células de la pared de la glándula, detritus, suciedad y bacterias. Esto es lo que forma el comedón o la espinilla. La glándula sebácea se activa además por acción de las hormonas del stress y las hormonas sexuales, por lo que las personas jóvenes, además de tener una glándula ya de por sí mas grande, son propensas a activarla debido a las elevadas cantidades de hormonas que tienen en su cuerpo.
Los jóvenes que padecen acné no tienen una patología hormonal puesto que es de esperar que tengan elevados niveles de hormonas, especialmente hormonas sexuales. ¡Muchos adultos mayores o incluso ancianos desearían tener estos elevados niveles de hormonas! Lo malo es que, entre la obstrucción, la producción excesiva, el tamaño de la glándula, queda retenido el sebo, se multiplican las bacterias y se produce la inflamación y la rotura de la glándula sebácea. Esto produce los famosos “granos”, nódulos y quistes y finalmente las marcas y las cicatrices del acné.
Hace mas de 30 años se observó que las mujeres jóvenes que tomaban anticonceptivos tenían mucho menos acné. Se creo la hipótesis de que estas pastillas podría causar la reducción de estrógenos y andrógenos, así como otras hormonas. También se observó que los pacientes que dejaban de tomar anticonceptivos experimentaban un empeoramiento de su acné. Todo esto se debe a que los anticonceptivos bloquean la fabricación de estas hormonas.
El problema de la toma de anticonceptivos es que incrementan el riesgo de trombosis vascular. También se sabe que la toma de estrógenos incrementa con el tiempo el riesgo de padecer cáncer de mama y de útero. Por este motivo, los ginecólogos suelen recomendar no tomar anticonceptivos a partir de los 35 años de edad.
Una manera de eliminar este problema es mediante la administración de anti-andrógenos. Este tipo de medicamentos se usa cada vez mas para el tratamiento del acné porque no están compuestos por hormonas. Por el contrario, los anti-andrógenos bloquean los receptores existentes en las glándulas sebáceas e impiden que el exceso de estrógenos y andrógenos activen la producción de sebo. Estos medicamentos son muy eficaces y están libres de los efectos secundarios de los anticonceptivos como son el incremento del riesgo en el cáncer de mama y de útero así como la trombosis de la sangre.
La dermatología avanza rápidamente en el tratamiento del acné y lo que eran medicamentos en boga hace unos años, los anticonceptivos, están siendo sustituidos por otra nueva generación de medicamentos. A pesar de ello, los pacientes deben saber que hay otras maneras de tratar el acné mas naturales como son el uso de la luz, el láser, los peelings o la microdermabrasión, reduciendo la necesidad de administrar fármacos.